La procesionaria del pino se ha convertido en una plaga muy peligrosa. Sobre todo, para los niños y perros. No cabe duda de que su apariencia es llamativa, al igual que la forma en la que estas orugas se desplazan formando filas perfectas, de ahí su nombre. Las empresas de control de plagas en Galicia nos afanamos en estas fechas para aplicar los tratamientos oportunos a los pinos, tratando de minimizar la presencia de este insecto la próxima primavera. Algo que este año cobra especial importancia, ya que los expertos vaticinan un aumento de esta plaga debido a las condiciones climatológicas que se han dado durante este 2016.
Estas orugas se refugian principalmente en los pinos, aunque en algunos casos también pueden encontrarse en otros árboles, como los cedros. Aunque su apariencia no parece peligrosa, estos insectos suponen un problema para la salud pública, ya que cuando se sienten amenazadas lanzan sus púas con efectos urticantes y pueden generar reacciones alérgicas y erupciones graves. Los niños o los perros se sienten atraídos por su espectáculo por lo que tienden a acercarse para oler o tocar a las orugas, siendo este un grave error.
La procesionaria del pino se refugia del frio en estos árboles. Una vez en la copa, forman bolsas grandes para resguardar a las larvas en las primeras fases del desarrollo. Con la llegada de la primavera y la mejora de las temperaturas, las orugas adultas descienden por el tronco formando una auténtica procesión. Es en este momento, cuando estos insectos entran en contacto con el entorno y pueden originar problemas a los seres vivos que se acercan a ellas.
Su capacidad urticante se debe a una toxina denominada “thaumatopina”. Un arma que puede causar diferentes problemas en función del mamífero al que alcance y de la zona con la que entre en contacto. Uno de los mayores riesgos de estas púas venenosas es su capacidad para ocasionar lesiones oculares. Cuando la oruga siente que está en peligro lanza sus púas al aire y puede provocar diversos problemas respiratorios.
En NovaBuxos hemos visto muchos perros afectados, en algunos casos puede darse necropsia en la lengua de los animales o asfixia. En el caso de las personas suelen tener lugar episodios alérgicos. Las condiciones climáticas son una cuestión fundamental que influye, indudablemente, en la proliferación de la plaga de una temporada a otra. Desafortunadamente, el clima más cálido de los últimos años favorece la reproducción de la procesionaria del pino.